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(3) He Pisado Yo Solo el Lagar - Isaías 63:3; Marcos 14:32-42

 


Los pecados que pulverizan, desmoronan, desintegran al hombre en el infierno, los llevó Cristo sobre él.  Pero para hacerlo tuvo que sufrir todo lo que tu deberías haber sufrido.  Cristo pisó esos pecados, los molió bajo su propia y dolorosa experiencia de aquel momento en el Jardín de Getsemaní.  Pasó allí en el Lagar del sufrimiento la más alta presión de su vida, pero continuó con valor hasta la cruz, en obediencia a la voluntad de Su Padre.  Y todo para que la ira de Dios no nos tocara a nosotros, los únicos merecedores de esa pena.  Acompáñame en esa ruta del Lagar a la Cruz y luego de contemplar todo lo que vivió Cristo allí, escúchalo decir: 'Consumado es'[1]; "He pisado yo solo el lagar."... Esas palabras de Jesús registradas en Juan 19:30 y esa profecía en Isaías 63:1-6 nos dicen que Dios en su ira, de la que Jesús bebió aquel día en la cruz, en Su furor, pero en su gran amor para con su pueblo, destruyo al enemigo que nos asediaba para demolernos, ese día se desató una guerra como ninguna ha habido ni habrá, ese día Dios aplastó al enemigo como se muelen las aceitunas el en lagar, con mucha furia, ese día Yahveh hizo justicia y salvo a Su pueblo. Pero lo hizo sólo, y en la persona de Su Hijo Jesús, el Vicario del pueblo de Dios, el Cordero inmolado, nadie más luchó allí, Dios aplastó las naciones y aun ellas no se han dado cuenta.

 Ese día de Guerra implacable, Jesús con su muerte molió y fue molido.  He pisado yo solo el lagar, y de los pueblos nadie había conmigo” (Isaías 63:3). Este versículo de Isaías 63:3 nos recuerda a los cristianos la pasión de Jesús desde Getsemaní al Gólgota.  No obstante Isaías lo usa aquí como una acción del Juicio de Dios descargando su ira sobre los pecadores:

·      Primero:  nos demuestra que Dios tiene mucho interés, realmente, “Interés al Máximo” porque la humanidad le vea como Aquel que rige con vara de hierro.

·      Segundo: Que en la segunda venida de Cristo en gloria, Su poder vengador, su inimaginable ira pulverizará al anti-cristo y a los pecadores que no creyeron en el Evangelio de Jesús. Y ahora, amado lector o lectora ¿Cómo será? ¿Qué va a suceder? Te expongo de la segunda carta de Pablo a los Tesalonicenses versículo 8, dice así: “Entonces se manifestará aquel malvado, a quien el Señor Jesús derrocará con el soplo de su boca y destruirá con el esplendor de su venida.” Se refiere al Anti-cristo, a la destrucción de la Bestia en el gran lago de fuego que ya arde eternamente.  Y en Apocalipsis 19:15  De su boca sale una espada afilada, con la que herirá a las *naciones. «Las gobernará con puño de hierro.» Él mismo exprime uvas en el lagar del furor del castigo que viene de Dios Todopoderoso.” Jesús consumirá con el Espíritu de su boca en el Juicio Final a la humanidad que decidió no rendir sus vidas a Él.  Y ahora, busquemos Salmos 2:1-9 que dice: “¿Por qué se sublevan las naciones, y en vano conspiran los pueblos? Los reyes de la tierra se rebelan; los gobernantes se confabulan contra el Señor y contra su ungido. Y dicen: «¡Hagamos pedazos sus cadenas! ¡Librémonos de su yugo!» El rey de los cielos se ríe; el Señor se burla de ellos. En su enojo los reprende, en su furor los intimida y dice: «He establecido a mi rey sobre Sión, mi santo monte.»  Yo proclamaré el decreto del Señor: «Tú eres mi hijo», me ha dicho; «hoy mismo te he engendrado. Pídeme, y como herencia te entregaré las naciones; ¡tuyos serán los confines de la tierra!  Las gobernarás con puño de hierro; las harás pedazos como a vasijas de barro.”  Ya Jesús rige el mundo, las naciones le pertenecen y todos los que son indiferentes a Cristo, aquellos que prefieren adorar sus propias vidas y venerar imágenes de hombres, mujeres, animales o cosas. Aquellos que aman tanto lo material, como lo inmoral y hasta ideológico (filosófico e imaginativo), los que disidieron no andar en el Camino que es Cristo, esos que solo se hicieron veredas que llevan a la perdición. Eso serán hechos pedazos como vasijas de barro, de la propia mano de Dios. Del que se llama ¡REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES! (Apoc. 19:16)

·      Tercero: Ahora bien, retornemos al tema de Jesús en Getsemaní y la frase “He pisado yo solo el lagar, y de los pueblos nadie había conmigo” (Isaías 63:3).  El día que Jesús estaba en el Lagar de Getsemaní, allí donde tuvo una amarga agonía, en los olivos.  Donde imploró el auxilio de Dios, molió Él mismo lo que había de moler en ti y en mi, el “pecado”.  Pisó con mucho poder nuestros crímenes y los hizo pedazos. Fue tanta la fuerza que su cuerpo se llenó de grandes gotas de sudor mezclado con sangre y esto tiene una explicación científica:  Jesús sufrió una hematidrosis; esta condición causa excreción de sangre o pigmento de la sangre en el sudor. Sucede bajo condiciones de gran estrés emocional, se rompen los vasos capilares en las glándulas sudoríparas mezclando por ende la sangre con el sudor. Jesús por el hecho de las ofensas físicas hacia él y que fueron incluso más dolorosas sufrió hematidrosis (el era 100% Dios y 100% hombre). De estos factores, es evidente que incluso antes que Jesús enfrentara la tortura de la cruz, él ya había sufrido más allá de lo que muchos de nosotros alguna vez sufriremos. Su conocimiento penetrante de la naturaleza atroz del pecado, de sus efectos destructivos y letales, de la pena y del dolor que causa el pecado y la medida extrema  para lidiar con este, colocó a la pasión de Cristo más allá de todo entendimiento.”[2] Jesús lo hizo como dijo en Juan 17:4 “…he acabado la obra que me diste que hiciera”, y en la cruz la concluyó con un grito de victoria: ¡CONSUMADO ES!; HE PISADO EL LAGAR SOLO”.

 La sangre de Jesús, la que vertió por ti y por mi, comenzó a derramarse en el Huerto de Getsemaní. Helo allí, bajo la presión demoledora de nuestro pecado. Como dijo Spurgeon en un mensaje poético: ¡allí están tus pecados, y los míos, todos mezclados en un gran montón! Pero el que pisa el lagar entra y pone su pie sobre ellos; ¡Oh, mira como los pisa!; ¿lo ves en Getsemaní, pisando tus pecados hasta hacerlos añicos?[3]  

 ·      Jesús fue molido en favor de nosotros “Él fue traspasado por nuestras rebeliones,  y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra *paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.” (Isaías 53:5).

·      Marcos nos dice que cuando Cristo entró a Getsemaní, El “comenzó a entristecerse y angustiarse” (Marcos 14:33). La palabra usada por Marcos para esto es ἐκθαμβεῖσθαι (en el grieg) Ekthambeisthai expresa en grado superlativo que Él estaba asombrado, aturdido, confuso, conmovido,  sorprendido, pasmado, asustado, presionado y alarmado, ¿exagero? NO, no estoy exagerando, Jesús paso una prueba que nadie ha experimentado ni experimentara jamás.  Quien escribe, sufrió un infarto agudo al miocardio, es horrible el momento que pase por varios minutos, muchos, que me parecieron una larga agonía, pero eso que sucedió no es ni la más remota sombra de la experiencia de mi Maestro amado. 

    Surge una a pregunta ¿Qué lo alarmó? ¿Qué lo sorprendió? Te puedo asegurar que no fue por Su crucifixión venidera; tampoco por la traición de uno de sus discípulos; no fue por la inmensa y cruel tortura que le esperaba. Su gran presión fue cuando cuando Él se sintió aplastado por el pecado de todos nosotros “Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros” (Isaías 53:6). Aquí en el lagar de Getsemaní nuestro Señor “comenzó a ser molido por nuestros pecados… “Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades…” (Isaías 5a), pues aun así el fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz dice Pablo en Filipenses 2:8.

Pero Él no subió solo a Getsemaní, el llevó a sus discípulos y les dijo: “Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro” (Mateo 26:36).  Pero ellos estaban muy cansados, toda la trayectoria y el trabajo que tuvieron desde antes de entrara a Jerusalén, los tenía agotados.  Además, estaban tristes y deprimidos, sus vidas no estaban en condición de velar en oración. A todo esto se une la oscuridad del huerto, los árboles de olivo se entretejían y por la noche era densa la penumbra. Por lo cual Jesús oro en soledad, en amarga agonía fue su oración y allí alzo su voz en oración al Padre, solo, completamente solo.    

·      Míralo, está solo en oración en Getsemaní

·      Míralo está orando por ti

·      Mira su sudor, tiene una gran presión sobre Él

·      Acompáñalo tu… ve al jardín de oración, Él está allí, escúchale, aprende de Él, búscalo como tu compañero de oración…

 La finca de Getsemaní se convirtió en el molino para Jesús.  Su sufrimiento fue inimaginable, “Se llevó a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, y comenzó a sentirse triste y angustiado. «Es tal la angustia que me invade, que me siento morir —les dijo—. Quédense aquí y manténganse despiertos conmigo.» “Cuando el lagar se volvió el Molino de olivos para Cristo, a Él le invadió una agonía incomprensible para nosotros. El dolor que Cristo experimentó en el Molino de Los Olivos no lo comprenderemos ni con nuestros finitos sentidos. Joseph Hart, en su libro “Tus Sufrimientos Desconocidos” escribe lo siguiente:  

 Ved al Hijo de Dios sufriendo, ¡Aspirando con dolor, sudando sangre! De Sus sufrimientos tan intensos. Los ángeles no tienen un entendimiento perfecto. ¿Quién puede comprender correctamente?  ¿Su principio o su final? Es Dios y solo El Quien conoce su peso entero.[4]

 El que piso el lagar y molió y fue molido, tomó nuestro lugar fue nuestro sustituto, Él fue nuestro VICARIO, ningún otro, ni antes, ni después de Jesús puede tomar ese lugar y ostentar ese titulo, Jesús el Sustituto, Jesús el Vicario.  (leer nota sobre "vicario" al final de este escrito)

 Les dijo a sus discípulos: “Quédense aquí, yo iré un poco más allá, debo estar solo, allí solo yo con mi Padre –les dijo Jesús- (parafraseado).  La Biblia no dice que Jesús lloró en ese instante, pero es de suponerse, pero lo que si dice la Biblia es que estaba en agonía. -Lucas escribe “Pero, como estaba angustiado” – “Estando en agonía” (ἀγωνίᾳ - agōniai) (Lucas 22:44ª)  ¡AGONÍA amigo mío! ¡AGONÍA mi hermano! ¡CONFLICTO INTERIOR amiga mía! ¡AGONÍA mi con-siervo! ¡TRIBULACIÓN hermano pastor! ¡CONGOJA! ¡TORMENTO! ¡AHOGO! ¡PRESIÓN!  Léelo, reléelo ¿QUÉ PASA? No puede ser que todavía la vida de los hijos de Dios no le honre, no se sacrifique, no miren al mundo muerto en sus pecados y el hedor de la muerte. No puede ser que esto no nos conmueva a llevar la Palabra de vida, Palabra por la que Cristo padece desde Getsemaní y hasta la cruz.  ¿Cuántos van a seguir muriendo sin Cristo, ¿cuantos más vas a dejar morir sin Cristo?  Ve con Cristo al Monte de los Olivos, a la Finca del Lagar, a Getesemaní, ARRODÍLLATE con el, SUDA con Él, ANGUSTIATE con Él, DESESPÉRATE, AGONIZA, LLORA, LLORA, LLORA EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO POR EL PECADO DEL MUNDO, POR EL QUE EL CORDERO DE DIOS PRONTO VA A SER SACRIFICADO.  Entristécete con Jesús, sólo así podrás entenderlo , “…Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.” Mateo 26:38 (RV60). 

 “He pisado yo solo el lagar, y de los pueblos nadie había conmigo”

 El profeta Isaías dijo:  Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado” (Isaías 53:10). ¡Seguramente esto comenzó en el lagar de Getsemaní!

·      Jesús agonizó desde el lagar hasta la cruz como sustituto por ti y por mí.

·      Éramos nosotros, Tu y yo, que deberíamos haber estado allí, consumiéndonos por la gran agonía que causa nuestro pecado. Pero Él fue el sustituto… ¡Aleluya!

·      El que no va con Cristo de Getsemaní a la Cruz y le ruega su perdón, se convierte a Él y lo declara su Salvador por siempre, irá al infierno;

·      La mujer o el hombre que no se humilla ante el Cordero, ante el Señor de señores y acepta su sacrificio y su dolor, nunca será lavado de su pecado y entonces, pasará grande agonía por su pecado, en el Infierno;

·      ¡Abraza al Salvador! Cuando se confía en Cristo, tu agonía se vuelve Su agonía.

 Te repito para que no olvides, tu que lees, esto es la expiación vicaria. Cristo Mismo, toma el dolor que tú deberías haber sentido. Recuerda y no olvides que la expiación vicaria de Cristo por nuestros pecados comenzó en el Molino de Getsemaní.  Recuerda y no olvides que sólo se puede ser vicario, cuando se sufre, cuando se carga con la culpa del otro, y Jesús, el sustituto, aquella noche y por la culpa de otros, el Varón de Dolores lloró y sudó en sangre, tomando tu lugar.

 Si te pregunto ¿qué ha hecho Jesús por ti?  ¿podrás decir?  llevé mi vida a Jesús, a la cruz y Yahvé Dios quebrantándolo, sujetándolo a padecimiento por mi, expió mis pecadosCon todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, (Isaías 53:10a).  Si no puedes decirlo, si no te puedes identificar con nada acerca del sufrimiento vicario que Cristo pasó para salvarte, ¿por qué debes de llamarte Cristiano? ¡ARROJA FUERA TU INCREDULIDAD Y VEN AL SALVADOR ENSANGRENTADO!

 Y sigue diciendo el Salvador: “He pisado yo solo el lagar, y de los pueblos nadie había conmigo” Fue abandonado desde el Lagar hasta la Cruz. Estando en el Jardín de Getsemani y ya pasada su agonía, se allegó a sus apóstoles y dijo: ¿Duermes , Simón? ¿No pudiste velar una hora?  (Marcos 14:37b). Cuando Jesús estaba en angustia, Pedro dormía… Cuando Jesús se entristeció “comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera” (Mateo 26:37), sus discípulos descansaban. En Su angustia, Jesús estaba atento, no había ningún tipo de distracción, la palabra que usa el escritor sagrado e inspirado por el Espíritu Santo es: adēmonein (ἀδημονεῖν) que se traduce “apesadumbrado” “angustiarse en gran manera” es la raíz de la palabra significa “separado de la humanidad”[5]   

  Jesús tenia que pisar el lagar solo, y de los pueblos nadie había con él (Isaías 63:3ª). Apenas su pasión comienza, apenas está puesto en aflicción por su Padre, a quién él clama.  Pero esto es sólo sombra de todo lo le ha de venir, es solo el comienzo, por que todo esto termina en la cruz.

Sus dolores eran tenues comparados a los futuros; aunque parecían ser los más pesados de todos.  Más en su fuerte dolor, su sudor sangriento, su agonía, clama al Padre y su Padre le asiste en su soledad humana con un ángel (Lucas 22:43); Lo consuela; Le da fuerza para que en su naturaleza humana pudiera resistir. 

 El Redentor no tenía alternativa, el mismo dijo “Abba, Padre, todo es posible para ti. No me hagas beber este trago amargo, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú” (Marcos 14:36).  Dice John Gill:

 “Todo puesto junto no se ve en otras partes de sus sufrimientos: y al entristecerse en gran manera, con el peso de los pecados de su pueblo, y el sentido de la ira divina, con la cual estuvo tan presionado y sobrecargado, que casi se le salía el espíritu; estaba listo para sucumbir y morir; su corazón enflaquecía… ante la ira de Dios…su alma estaba cargada con los pecados de su pueblo; esto lo sobrecogió y lo rodeo…los dolores de la muerte y del infierno lo rodeaban por todas partes, tanto que no se le daba el más mínimo consuelo; ni había escape, así que su alma estaba sobrecogida por el dolor; su corazón estaba a punto de romperse; fue llevado, por así decirlo al punto de la muerte; ni se apartaban de El sus dolores, llegó hasta el punto en que su alma y su cuerpo fueron separados uno del otro[6]”.

 Y así llego al patíbulo, fue acusado, fue torturado, cargó el madero y murió en él, y mientras el dolor del Lagar lo vivió en su espíritu y en su humanidad, desde su interior, el dolor de la cruz lo experimento como cualquier reo, en su propia carne, pero aun así, por dentro, en su alma, siguió sufriendo para que la ira de Dios no cayera sobre ti y sobre mí.

 “He pisado yo solo el lagar, y de los pueblos nadie había conmigo

 Cuanto sufrió Jesús para salvarnos del pecado, de la muerte.  Nuestro pecado lo recibe en el huerto y tal peso soportó hasta clavar nuestro pecado en la cruz y librarnos de la muerte, de la ira de Dios.

 “Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros” (Isaías 53:6).

 Si acaso has tenido la experiencia de haber, en algún día de tu vida, reconocido tu condición de pecador, mirar a la cruz y aceptar la salvación invitando a Cristo a tu corazón, eres dichoso, pero si no, si dudas, si no recuerdas que esto lo hiciste un día de tu vida… vuelve a ver, vez tras vez, los sufrimientos del Redentor, y acepta su salvación, es tu responsabilidad;  y así serás fortalecido en tiempos de tentación, y consolado en horas de tribulación, sentado en la gloria con Cristo y llevado a Él en tu muerte.

 



[1] Consumado es: Juan 19:30

[2] ¿Sudó Jesús Sangre? por Dave Miller, Ph.D.   http://espanol.apologeticspress.org/espanol/articulos/2990

[3] C. H. Spurgeos, “The Single Handed Conquest”, 24 de Abril de 1898, The Metropolitan Tabernacle Pulpit, Pilgrim Publications, reimpreso en 1976, tomo xliv, p. 183

[4] “Thine Unknown Sufferings” por Joseph Hart, 1712-1768

[5] Traduccion de C. H. Spurgeon, “Getsemaní” numero 493, The Metropolitan Tabernacle Pulpit, Pilgrim Publications, 1979, (tomo xix, pagina 74).

[6] Traducción de Dr. John Gill, An Exposition of the New Testament, The Baptist Standard Bearer, reimpreso en 1989. tomo I, p. 334

Vicario:  En relación a este término "vicario" voy a tomar las palabras de Philippe Vicente, que escribe:

El adjetivo vicario significa sustituto, sustituto: 'el que tiene los tiempos, poderes y facultades de otro o lo reemplaza' (DRAE).  Vicarius, en latín, que corresponde a sustituto y también a 'esclavo comprado en sustitución de otro esclavo', proviene de vicis que significa turno, alternativa. [Dicionario Etimológico Castellano -vicario] [También esta palabra "vicario" es un adjetivo usado por la iglesia católica de manera inadecuada - leer en got questions ]


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