Por medio de la historia de Nicodemo, sabemos que la mayor necesidad de una persona es conocer experimentalmente al Señor para poder ser salvo. Hay un grave peligro en mantener un simple conocimiento, algo teórico y no la experiencia vivencial. Si te preguntaras cuál de todas las personas que tuvo un encuentro con Jesús fue la más anecesitada, ¿A cual elegirías? Quizás pensarías en la mujer enferma por 12 años. O de pronto al ciego Bartimeo que gritaba a Jesús pidiéndole ser sanado. O tal vez pensarías en alguno de los leprosos. Se estaban muriendo de una manera cruel. Es posible que venga a tu mente Lázaro, tenía 4 días de estar muerto cuando Jesús llegó. O quizás pienses en María Magdalena, el Señor echó demonios fuera de ella. Sin duda alguna todas esas personas necesitaban urgentemente un encuentro con Jesús. Pero creo que quizás el más necesitado de todos pasaría inadvertido en nuestra búsqueda. Su caso no era evidentemente dramático. No estaba enfermo,
“EMANUEL Dios con nosotros” Como lo pensó y plasmó Spurgeon: "aquí está Cristo tan claramente presentado como es posible; nunca se pudo haber escrito Su nombre tan legiblemente como lo veo aquí.” Y María llamó el nombre de su bebé Emanuel. Y Él comerá mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno; Mantequilla y Miel, manjar de sabios (Isaías 7:14-15; Mateo 1:23). Este blogger se dedicará a la enseñanza de los líderes que Dios ha llamado a Su servicio.