Hoy en día vemos levantarse ministerios musicales en todo el mundo,
pero realmente son pocos los que verdaderamente están viviendo una alabanza
poderosa a Dios. En esta ocasión quiero compartir algunos puntos importantes
que nos enseña la palabra de Dios con respecto a ello.
La
alabanza trae consolación en los momentos difíciles.
Dice la palabra en Números 21:16-17 -De
allí vinieron a Beer: este es el pozo del cual Jehová dijo a Moisés: Reúne al
pueblo, y les daré agua. -Entonces, cantó Israel este cántico: Sube, oh pozo; a él cantad; El
pueblo de Israel estaba en medio del desierto y Jehová dirige a Moisés a reunir
el pueblo en el pozo y el pueblo empezó a alabar a Dios y trajo un refrescar a
cada corazón.
Pastor, algunos de los miembros de tu iglesia están pasando en medio de
un desierto, las cosas se han puesto difíciles, no ven resultados o sienten que
todo está en su contra, eso significa que, en estos tiempos de tensiones, ansiedad
o depresión, debes reunir a la iglesia en cada servicio, como lo hicieron los israelitas,
y alabar a Dios. Personalmente he
experimentado como en medio de la alabanza a Dios, El trae sanidad, libertad y
nuevas fuerzas a mi vida, muchas veces he alabado a Dios y he declarado en fe
que tengo la victoria sobre tales situaciones, necesitas declararlo con fe, ¡y
Él hará! En esto encontramos 3 verdades
bíblicas:
- La instrucción divina: “Reúne al pueblo”. En la unión hay poder y solidaridad.
- La promesa divina: “Les daré agua (vida)”.
- Nuestra responsabilidad: “sube, oh pozo, a él cantad”. (gozo)
La
alabanza tiene un poder unificador capaz de llenar toda la casa
Dice el SEÑOR en 2 Crónicas 5:13 “Los
trompetistas y los cantores alababan y daban gracias al Señor al son de
trompetas, címbalos y otros instrumentos musicales. Y cuando tocaron y cantaron
al unísono: «El Señor es bueno; su gran amor perdura para siempre», una nube
cubrió el templo del Señor.” Los
trompetistas y cantores eran como si fueran uno – toda la banda como un solo
músico.
- No se trata de armonía, entonar o no las voces o los instrumentos, o si uno se adelanta, oro se atrasa, otro no puede seguir a los demás y se calla.
- Aquí Dios nos reta a tener un ministerio musical que no se centre en sí mismo. Que guarde la armonía de la música en el corazón y estar cociente que es Dios y sólo Él quien recibe la gloria.
- Cada miembro de la banda debe dar lo mejor de sí, “La Excelencia” para dar ofrenda de alabanza a Dios y no satisfacerse a si mismo o al pueblo reunido.
- Lo que entiendo en Crónicas que ellos hacían sonar sus instrumentos en agradecimiento y alabanza a Dios para glorificarle.
- Los músicos en nuestras iglesias no están para entretener o dar un concierto de música cristiana en cada servicio, no, la banda o bandas, de nuestras iglesias están para guiar al Pueblo de Dios en adoración a ÉL, para motivar a los verdaderos adoradores, al pueblo que asiste para adorar y alabar al Altísimo.
Algo impactante en este relato es que la presencia de Dios (Shekinah)[1] llenó toda la casa. Como resultado de esa actitud
la presencia de Dios llenó toda la casa, creo que esa debe ser nuestra meta,
cuando eso pasa las cosas tienen que cambiar, los hermanos no siguen siendo los
mismos cuando Dios se mueve en medio de la iglesia. Pero hay algo interesante
en esto y se encuentra en la Biblia y es un punto de comparación, si se quiere,
que nos va a aclarar como maneja la Biblia sobre la presencia de Dios en la
alabanza en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento:
- Se ha escuchado decir que Dios habita en medio de la alabanza de Su Pueblo, el pasaje bíblico para apoyar este argumento es Salmos 22:3 en la versión RV60 dice: “Pero tú eres santo, Tú que habitas entre las alabanzas de Israel.” Y me gusta como lo escribe la Nueva Versión Internacional: “Pero tú eres santo, tú eres rey, ¡tú eres la alabanza de Israel!”. En esa versión (NVI) dice que “ÉL es la alabanza de Israel”. No deja de ser una verdad, pues en el Antiguo Testamento vemos que Dios era adorado y por ende alabado en el templo de Jerusalén.
- Pero también hubo reyes en Israel que fueron despreciables, malos, como Acaz, el padre de Ezequías. Acaz adoró dioses extraños y ajenos y rindió culto a Baal haciéndole imágenes. Menospreció el templo o el santuario, lugar donde si habitaba Dios (Shekinah)[2]. Al contrario Ezequías, un rey bueno, del que se registra en 2 Crónicas. 29:26-29 que mandó a hacer el sacrificio a Jehová en el altar, cuando comenzó el sacrificio, comenzó la Alabanza a Jehová, el cántico, la multitud adoró postrándose, las trompetas sonaron, y todo duró hasta que el holocausto se consumiera; luego el rey se inclinó y con él todos. En ese santuario de aquel templo habitaba Dios, yo diría “Hacía Dios su morada, posaba allí.. Recordemos las palabras de Esteban, palabras que lo llevaron a sacrificar su vida por Jesús. Esteban advierte: “El Altísimo no habita en templos hechos a mano, como dice el profeta (Isaías 66, 1): El cielo es mi trono, Y la tierra el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor; ¿O cuál es el lugar de mi reposo? ¿No hizo mi mano todas estas cosas? ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros” (Hechos 7, 48-51). De inmediato los sacerdotes lo hicieron matar.
- Sin embargo, múltiples citas en Antiguo Testamento que hablan de alabar o adorar a Dios en su templo: Salmo 27:4; 23:6; 69:9; 84:10; 122:1; 92:12-13; 26:8; 65:4; 84:4, y esto solo en el libro de los Salmos, cito literalmente el Salmo 84:10 “Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad. “ ¿Dónde adoraban? “En el Tabernáculo” cuando estuvieron en el desierto, o “En el Templo de Jerusalén”.
- ¿Dónde adoramos hoy? “Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.” (Salmo 27:4). “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.” (Salmo 23:6). ¡Dios ya no habita entre las alabanzas de Su Israel! ¡Dios habita en Su pueblo! En ti y en mí, somos Su pueblo, ovejas de Su prado, y Pablo nos recuerda: “¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.” (2 Corintios 6:16). Somos el pueblo de Dios, y la alabanza habita en nosotros mismos y en el mismo lugar donde habita Dios, nuestros cuerpos… Adoramos dónde esté nuestro cuerpo. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? (1 Cor. 6:19). ¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, él mismo será destruido por Dios; porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son ese templo. (1 Cor. 3:16-17). La iglesia, amado pastor, debe alabar al SEÑOR con todas tus fuerzas, Él es el centro de nuestra alabanza, en cualquier lugar donde existamos, estamos en este cuerpo y allí habita Cristo. Enseñemos a nuestras iglesias que todos los días de sus vidas anhelen al Jesús, todos los días anhelen en alabanza al Salvador. Tu y yo como siervos del Dios Altísimo alabémosle y ÉL llenará tu casa.
El verdadero poder de la
alabanza, consuela a la iglesia del Jesús en momentos difíciles; y también
promueve la unidad de los adoradores.
La
alabanza “libera” y “Produce gozo”
En el libro de los Salmos capítulo 32 versículo 7 dice: “Tú eres mi refugio; me guardarás de la
angustia; con cánticos de liberación me rodearás. Selah.” y
en Jeremías 31:13 nos dice la Palabra: “Entonces
las jóvenes danzarán con alegría, y los jóvenes junto con los ancianos. Convertiré su duelo en gozo, y los consolaré;
transformaré su dolor en alegría”.
La experiencia enseña que, cuando la comunidad ora en fe y amor, se
alivian y aún desaparecen nuestras cargas, opresiones... y se produce en
nosotros un ambiente de paz, de sosiego, aun en medio de las tribulaciones.
No viene de Dios el mal, ni la enfermedad, ni el hambre, ni la opresión, estos vienen del pecado y no son queridos por Dios. A pesar del pecado del mundo, siempre está presente el Amor de Dios, envolviéndonos en Su caridad y librándonos del aguijón (I Cor.15,55), del mal “«¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?» “.
Al alabar a Dios por lo bueno y por lo malo, hacemos un acto de fe en
ese Amor del Padre que puede desviar aún la misma enfermedad y el mismo pecado,
haciendo que redunden en bien nuestro. "Sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le
aman" (Rom 8,28).No viene de Dios el mal, ni la enfermedad, ni el hambre, ni la opresión, estos vienen del pecado y no son queridos por Dios. A pesar del pecado del mundo, siempre está presente el Amor de Dios, envolviéndonos en Su caridad y librándonos del aguijón (I Cor.15,55), del mal “«¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?» “.
El salmo 89 nos lo pone ante los ojos con sorprendente relieve: “Dichoso el pueblo que sabe alabarte. Caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro. Tu
nombre es su gozo cada día”. Es
natural que produzca este fruto: El gozo es uno de los más hermosos de su
acción en el alma. El Espíritu Santo es el fruto del amor del Padre y del Hijo
y el amor auténtico es una fuente de gozo. Es natural que produzca el fruto del gozo; el amor autentico es una fuente de gozo
Pastor, líder, iglesias alabamos
unidos a Dios ahora, recuerda: “El Poder de la Alabanza trae Consolación,
Unifica, Libera y produce Gozo a las iglesias de Jesús.”
Dios,
Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré;
Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
En
tierra seca y árida donde no hay aguas,
Para
ver tu poder y tu gloria,
Así
como te he mirado en el santuario.
Porque
mejor es tu misericordia que la vida;
Mis
labios te alabarán.
Así
te bendeciré en mi vida;
En
tu nombre alzaré mis manos.
Como
de meollo y de grosura será saciada mi alma,
Y
con labios de júbilo te alabará mi boca,
Salmo 63:1-5
[1] Shekhiná (שכינה - transliteraciones
alternativas Shejiná, Shekinah, Shechinah, Shekina, Shechina, Schechinah) - es
la palabra en español para la traducción del hebreo que significa la gloria o
irradiancia de Dios o presencia de Dios. Es derivado del
verbo Hebreo 'sakan' o 'shachan' - que significa morar o residir, y se usa para
denotar la habitación o morada de Dios, especialmente en el Templo de
Jerusalén.
[2] La Lección:
Acaz descuidó el templo y la adoración, menospreció a Dios y se alejó de
Él, no tuvo nuca comunión con Jehová, no sintió su sed por Dios y mucho menos
su necesidad del Altísimo, descuidó su relación con Dios. Grande fue la vergüenza de su familia, y su
cuerpo no ocupó un lugar entre los sepulcros de los reyes.
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