Hay sueños que
quedan frustrados en la vida, lo cual trae desconsuelo, tristeza y hasta
dolor. Un hombre, que en la historia
antigua experimentó tal descontento, fue el rey David, por su pecado, Dios no
le permitió construir el templo donde se reuniría el pueblo para adorar al que
vive por siempre. No obstante, podemos leer en el libro primero de Crónicas capítulo
16, versículos 8-36, que David tuvo la oportunidad de instruir al coro que elevaría
alabanzas al todopoderoso.
Israel, como pueblo,
unifico la música con la fe. Así los hebreos expresaron a Dios su sentir como
hijos del Gran Rey. No importaron los
embates del enemigo en guerras y situaciones difíciles, los judíos celebraron
aun después de estar desesperados y abatidos. Una prueba de ello fue desde el
momento en que perdieron el Arca De la Alianza; gran tristeza los trastornó,
pero cuando recuperan tan gran tesoro en un cruento enfrentamiento de David con
los filisteos, donde se derrotó a esos enemigos de Israel, se recuperó el Arca
y hubo gran celebración.
La adoración a
Dios, las alabanzas, son parte vital para el pueblo del SEÑOR y aunque aquella música
del pasado se perdió en el tiempo, el poder de la alabanza, la adoración a Dios
y la proclamación del Rey que viene, continúan hoy porque es prerrogativa del Espíritu
Santo y no de hombres.
La alabanza en
medio de nuestra adoración es y debe ser un mensaje bíblico para proclamar las
verdades de Aquel que no arrebató de las tinieblas del pecado y no traslado
eternamente a Su reino poderoso. Tales alabanzas deben hablar de la majestad de
Dios, de su gloria, de su bondad, de su amor, de su gracia, de su grandeza y
poder. Nuestra adoración se llena de
autoridad cuando alabamos al que guía a Su pueblo en Su palabra, le protege y
le cuida.
Yo pienso que no
hemos perdido esos principios, al contrario los hemos afianzado y orientados de
época en época, y de acuerdo a las culturas que el Evangelio a afectado con la
presencia de Jesús, y así, el brazo del Espíritu Santo está expendiendo más y más
su poder para convencer a la humanidad perdida de que Jesús es el Hijo de Dios
que vino desde el propio seno del Altísimo a traer redención. Y hoy en las iglesias locales presentaremos
esos principios con los cantos y la música que en esta época hombres y mujeres
de Dios han compuesto para al Dios que reina hoy, a Jesús, por lo tanto Alégrense
todos, en los cielos y aquí en la tierra, hoy y por mucho tiempo más digamos a
las naciones ¡Jesucristo reina!
¿Por medio de que rendimos
alabanza a nuestro Dios?
En Deuteronomio capítulo 10 versículos 14,17-18 la alabanza no es tan solo
la venida de Dios a la presencia de los creyentes, es también la entrada de los
creyentes a la presencia de Dios. La alabanza nos hace sensibles a Dios. Es
reconocer los atributos por que es bueno y misericordioso, es la forma de
mostrar agradecimiento ya sea por medio de:
Cánticos (Salmo 9:11), instrumentos musicales (Salmo 33:2), la alabanza
universal (Salmo 67:3) que permanece para siempre (Hebreos 13:15), y además con
todo lo que somos y tenemos (Proverbios 3:9).
Por lo tanto es la alabanza la expresión en la que rendimos a Dios
nuestras vidas como pueblo.
La alabanza se expresa de muchas maneras. De acuerdo a estos pasajes, las distintas
formas en las que se puede alabar al Señor son:
o Salmo 9:1 “Te alabaré, oh Jehová, con todo
mi corazón; Contaré todas tus
maravillas.” Contando maravillas de Dios: sus obras y proezas, mediante nuestras
alabanzas.
o Salmo 95:1 “Venid, aclamemos alegremente a
Jehová...” Aclamando, uniendo nuestras palmas con nuestras palabras para
glorificarle por Sus títulos, Sus facultades, Sus proezas, Su creación etc…
o Salmo 104:33 “A Jehová cantaré en mi vida;
A mi Dios cantaré salmos mientras viva.”, entonces es Cantando loores (palabras cantadas de la Biblia, especialmente los
Salmos); himnos (composiciones que especialmente ensalzan a Jesús como Señor)
Cánticos espirituales…
o Salmo 134:2 “Alzad vuestras manos al santuario, y bendecid a Jehová”. Levantando nuestras manos. De esta manera
expresamos dependencia o victoria en el Señor.
o Salmo 98:5-6 “Cantad salmos a Jehová con
arpa; Con arpa y voz de cántico. Aclamad con trompetas y sonidos de bocina,
Delante del rey Jehová. Utilizando instrumentos
musicales. Normalmente va acompañado por canciones, aunque no siempre es así.
o Salmo 150:4 “Alaben su nombre con danza...” Danzando. Esto es un símbolo de una
verdad mayor, que toda nuestra vida, cuerpo, alma y espíritu, están dados al Señor
en respuesta a Su amor. Pero… aunque no
hay evidencia de que la danza se realizó en el Templo o en el tabernáculo, sino
en las plazas, en las calles para celebrar las victorias de Dios y Su pueblo. En Éxodo 15:20 dice: “Entonces Miriam la
profetisa, hermana de Aarón, tomó una pandereta, y mientras todas las mujeres
la seguían danzando y tocando panderetas,” La danza fue una expresión de victoria
y agradecimiento a Dios por alguna proeza que su pueblo hizo en algún momento,
por ejemplo:
*
En el
libro de 1 Samuel 6:5 “mientras David y todo el pueblo de Israel danzaban ante
el Señor con gran entusiasmo y cantaban al son de arpas, liras, panderetas,
sistros y címbalos.”
*
1
Samuel 21:11 y 29:5 “Los oficiales le dijeron a Aquis: —¿No es este David, el
rey del país? ¿No es él por quien danzaban, y en los cantos decían: «Saúl destruyó a un ejército, pero David
aniquiló a diez»? -- “¿Acaso no es éste el David por quien danzaban, y en sus
cantos decían: «Saúl mató a sus miles; pero David, ¿a sus diez miles»?”
*
La
danza fue practicada en adoración a otras deidades paganas: Lo hicieron los judíos cuando adoraron el
becerro de oro en Éxodo 32:19 leemos: “Cuando Moisés se acercó al campamento y
vio el becerro y las danzas, ardió en ira y arrojó de sus manos las tablas de
la ley, haciéndolas pedazos al pie del monte”.
*
También
se danzaba en fiestas, reuniones sociales, o por cualquier otro motivo que no
estaba relacionado con la fe: Cantares 6:13
“Vuelve, Sulamita, vuelve; vuélvete a nosotros, ¡queremos contemplarte! El
amado ¿Y por qué han de contemplar a la Sulamita, como en las danzas de los
campamentos?”. En Job 21:11 “Dejan correr a sus niños como si fueran ovejas;
sus pequeñuelos danzan alegres.”. En Jeremías 31:13 “Entonces las jóvenes
danzarán con alegría, y los jóvenes junto con los ancianos. Convertiré su duelo
en gozo, y los consolaré; transformaré su dolor en alegría.”
*
Hoy
en día los hebreos mantienen la misma actitud, no existe evidencia certera de
que se danza en las sinagogas (ni en el
pasado –AT- en el templo o el tabernáculo), lo hacen al aire libre o en
localidades por los mismos motivos que sus antepasados.
o Romanos 12:1 “Así que, hermanos, os ruego
por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio
vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.” Usando nuestra
inteligencia y capacidades. El uso de la
razón es la herramienta más importante, yo diría “SOBRESALIENTE” para alabar a
Dios. Además, el raciocinio es la
alabanza de un hijo de Dios que está vivo por el sacrificio y resurrección de
Su Hijo Jesucristo, y estando vivo se ofrece a sí mismo a Dios en alabanza.
Dice el SEÑOR en 1 Corintios 6:19 “¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del
Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios?
Ustedes no son sus propios dueños…”
Entonces debemos tomar una decisión
y aclarar nuestros conceptos
¿Dios habita en ti o en tu música cristiana? ¿Dios llena el edificio de tu
iglesia o tu estas lleno? ¿te llenas de su presencia? Redefinamos para nuestras
iglesias las palabras “adoración y alabanza”:
- Ambos términos no son música.
- Alabanza es una actitud de gratitud en donde se reconoce y adora a DIOS; en Hebreos 13:15 dice: “Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre.” En Colosenses 3:16 dice: “Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón.”
También la música es importante en toda alabanza, pero toda alabanza se
puede hacer sin música: No hay muestra
en la Biblia donde Jesús "ministrara" con música en el Monte de los
Olivos o alguno de sus discípulos, donde Pablo cantase y tocase la guitarra a
los Atenienses, etc. No debe haber nada en contra de la música, ella forma
parte de la Creación Divina, ha sido el hombre quién ha degradado la música a expresiones
vulgares y hasta diabólicas. La música es
muy importante en la alabanza, pero ella no es indispensable para cantarle a
Dios.
Como ya hemos visto la alabanza es expresar nuestra gratitud a Dios y
ensalzarle por lo que Él ha hecho y hace cada día: en el libro 2 Crónicas 7:3 dice: “Al ver los
israelitas que el fuego descendía y que la gloria del SEÑOR se posaba sobre el
templo, cayeron de rodillas y, postrándose rostro en tierra, alabaron al SEÑOR
diciendo: «El SEÑOR es bueno; su gran amor perdura para siempre.»” Hoy para las
iglesias de Jesucristo, la iglesia local, no es pertinente ver una manifestación
como las que presenció el pueblo de Israel en el pasado. La mayor manifestación
que mueve nuestras vidas como pueblo de Dios a alabarle es la revelación de que
Su Hijo, Jesucristo, murió por nosotros y que resucitó en victoria, ¡hoy vive
nuestro Salvador! Y esto es suficiente para alabarle por siempre.
La alabanza es para Dios
La alabanza es
para Dios. No para la gente. La alabanza ha resultado a veces mas como entretenimiento
que adoración a Dios, o sea es más para la gente que para Dios. La alabanza en
vez de ser una adoración a Dios en oportunidades se interpreta como crear
música de tal forma que se desvíe en una catarsis (purificación o limpieza). Se
busca una manipulación de emociones que alcanza a veces el hipnotismo, generando
un efecto colectivo para crear ciertas emociones ante una inminente predica
emocional. La gente aparentemente se "libera", "siente
cosas". Y todo esto no es muy diferente a lo que sucede en conciertos
seculares donde se generan emociones similares.
De nuevo, la
alabanza es para Dios, no para sentir cosas bonitas. Allí está el problema. Ser
artista cristiano es algo hermoso. Pero un músico no es diferente a un pintor.
Son artistas. El arte cristiano es algo que está bien. De hecho, está bien
sacar un lucro de tal habilidad artística. Hacer entretenimiento cristiano no
es malo. Pero llamarlo ministerio y garantizar un resultado espiritual por
comprar un CD o una entrada a un concierto en totalmente equivocado.
Expresemos pues con espíritu
y verdad nuestra adoración a Dios en la alabanza
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